Imitadores De Dios

Efesios 5:1 Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados.

El apóstol Pablo continúa el hilo de pensamiento del versículo anterior en Efesios 4:32, en este versículo nos dice que tenemos que ser benignos(buenos) unos con otros, misericordiosos. También nos dice que nos perdonemos unos a otros como Dios también nos perdonó en Cristo Jesús nuestro Señor. Ahí es donde Efesios 5:1 nos dice que seamos imitadores de Dios. Ser un imitador es hacer exactamente lo mismo que hace otra persona, es copiar a otra persona, es ser como esa persona. Nosotros como hijos de Dios debemos de imitar a nuestro Padre celestial, hacer lo mismo que él hace, ser así como Él es.

Dios Es Benigno (es bueno) para con todos:

El Señor Jesús dijo en Lucas 6:35 Amad, pues, a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad, no esperando de ello nada; y será vuestro galardón grande, y seréis hijos del Altísimo; porque él es benigno para con los ingratos y malos. Mateo 5:44-45 Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos. Dios es bueno no solamente con los que hacen su voluntad sino para con todos los seres humanos tanto buenos como malos.

Dios Es Misericordioso

Lucas 6:36 Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso.

Ser misericordioso es moverse a favor de una persona que esté teniendo una necesidad en su vida. Dios vio la necesidad del hombre muerto y perdido en sus delitos y pecados, enemistado con El, camino a una perdición eterna y sintió pena por el hombre y llego a un acuerdo en la eternidad con su Hijo Jesucristo el cual dijo yo iré y moriré por él y pagare la deuda que tiene con Dios y los reconciliaré mediante mi sacrificio en la cruz. Dios tubo el sentimiento de dolor al ver al hombre en esa triste condición y actuó a favor de él. Dios quiere que nosotros seamos misericordiosos con los demás como Él es con nosotros.

Dios Es Perdonador

Efesios 4:32 Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.

Dios perdonó todos nuestros pecados en Cristo Jesús nuestro Señor. Así como Él nos perdonó y no se acuerda más de nuestro pecado, quiere que nosotros hagamos lo mismo con nuestro prójimo, que perdonemos y olvidemos las faltas que los demás cometen en contra nuestra.
 

Colosenses 3:12-13 Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.

Dios Es Santo

1 Pedro 1:15-16 sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo.

Dios es Santo, separado de toda especie de maldad, en El no hay maldad sino justicia, pureza y verdad. De esa manera Dios quiere que nosotros seamos santos separados del pecado y de todo aquello que es contrario a la naturaleza de Dios. Para eso nosotros fuimos rescatados de nuestra vida de pecado, una vida de desobediencia a Dios, para que ya no vivamos en el pecado, sino que vivamos una vida consagrada a Dios, al servicio de Él, una vida en santidad y amor.

Gracias a la Sangre preciosa de nuestro Señor Jesucristo Que nos compró y libertó para que ya no sirvamos más al pecado sino a Dios.

1 Pedro 1:18-19 sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación.

Amado lector Dios espera que sus hijos sean semejantes a Él en todo. Que copiemos sus acciones, que lo que El hace nosotros también lo hagamos, que como Él es así también lo seamos nosotros. Así que mediante el poder del Espíritu Santo en nosotros podemos lograr imitar a Dios

 

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