Lo Que Creemos 

La Biblia

En sus creencias. Las Iglesias Misión Evangélica se atienen en altísima instancia a las Sagradas Escrituras y no a ninguna declaración doctrinal humana. Consideramos la presente como una declaración de nuestra fe, con todo el corazón aceptamos el señorío de nuestro Señor Jesucristo, y la absoluta autoridad de la Palabra de Dios, la Santa Biblia.

  • Toda la Biblia es inspirada por Dios. 2 Timoteo 3:16-17; 2 Pedro 1:20-21; 3:2).
  • Toda la Escritura está completa. Es suficiente y útil para el crecimiento del creyente, como base de su fe y regla de conducta.(2 Timoteo 3:16-17).
  • No se le puede añadir ni quitar a la Palabra de Dios

Dios Triuno

Adoramos a un solo Dios, pero manifestado en tres personas—Triuno: el Padre (Isaías 63:16), el Hijo (Salmo 45:6-7), y el Espíritu Santo (Isaías 61:1).

Dios El Padre: Dios es el Padre de toda la creación (Hechos 17:29), de Israel (Éxodo 4:22), de nuestro Señor Jesucristo (Mateo 3:17),

y de todos los creyentes en Cristo (Gálatas 3:26).         

Dios El Hijo: El Hijo existe desde la eternidad (Juan 1:1,14; Apocalipsis 1:8), fue concebido por el Espíritu Santo y nacido de una virgen (Lucas 1:26-35). Voluntariamente tomó forma de hombre y murió en la cruz por nuestros pecados (Filipenses 2:5-8; Romanos 5:16,17). Jesús, el Hijo, vivió una vida sin pecado en la tierra (2 Corintios 5:21; Hebreos 4:15). En forma muy clara la Biblia dice que Él es Dios (Juan 1:1; 14:9-10; 1 Juan 5:7,20). Aunque murió, la Biblia nos enseña que Él resucitó de entre los muertos en forma corporal (Mateo 28:6; Juan 20:27-29), y se le apareció a muchos testigos (Hechos 2:32; 1 Corintios 15). Él también ascendió al cielo, y está a la diestra del Padre intercediendo por Su pueblo, y vive para siempre (Hechos 1:9; Filipenses 2:9; Hebreos 7:25; 1 Juan 2:1). En la Biblia hallamos también Su bendita promesa de que Él vendrá otra vez por Su Iglesia (Hechos 1:11). 

Dios El Espíritu Santo: La Biblia nos dice que el Espíritu Santo es una Persona (1 Corintios 2:10-11;12:11); también nos dice que Él es Dios (1 Corintios 6:11); y que Él es el Autor de las Sagradas Escrituras (2 Pedro 1:21). Su obra en el inconverso es la de traer convicción de pecado y la regeneración (Juan 16:8-11; Tito 3:5). La Biblia también nos enseña sobre Su obra en la vida del creyente: da testimonio de Cristo (Juan 15:26); sella al creyente (Efesios 1:13-14); mora en el creyente (1 Corintios 3:16); da seguridad al creyente (Romanos 8:16); produce fruto en la vida del creyente(Gálatas 5:22-23); imparte poder para testificar (Hechos 1:8); guía, controla y llena la vida del creyente (Romanos 8:14; Efesios 5:18); Él es el que reparte dones para la edificación del Cuerpo de Cristo; Romanos 12:6-8; 1 Corintios 12-14; Efesios 4:7-16).

La Salvación

La salvación es la gracia de Dios manifestada a los hombres para rescatarlos del pecado.
 
La Necesidad De La Salvación: Creemos que Dios creó al hombre a Su imagen y semejanza; bueno y justo. Fue creado en semejanza a Dios en carácter y personalidad. Esta imagen fue destruida por el pecado; y desde entonces, todo ser humano nace contaminado por el pecado (Salmo 51:5), y por naturaleza ya es pecador (Efesios 2:3), lo que lo hace completamente depravado (Romanos 3:10-12); y es por eso que el hombre necesita ser recreado o nacer de nuevo en Cristo para restaurar esa imagen que ha perdido. (Génesis 1:26-27; 3:6; Juan 3:5; Romanos 5:12,21).
 
Condiciones Para La Salvación: Hay tres pasos muy importantes para alcanzar la salvación.
  • En primer lugar, tiene que haber un arrepentimiento de parte del individuo, o sea, un dolor y un sincero remordimiento por el pecado cometido (Hechos 3:19).
  • En segundo lugar, se necesita fe, la cual es el instrumento por el cual uno se apoya a la misericordia de Dios—aceptando Su gracia salvadora (Hechos 16:31; Romanos 10:9).
  • Y, en tercer lugar, tiene que haber la conversión, o sea, renunciar y apartarse del pecado, y acudir a Dios (Hechos 3:19).
 
Aspectos De La Salvación:  Se puede decir que la salvación es un proceso que tiene tres aspectos:

Justificación, regeneración y santificación. El hombre, desde el punto de vista bíblico, es culpable ante Dios y es condenado por ese pecado (Romanos 3:23); pero, al aceptar a Cristo, se le declara justo a través del sacrificio expiatorio de Cristo. Entonces, su alma que estaba muerta en delitos y pecados es vivificada; y el individuo es adoptado como hijo de Dios, formando parte de la familia de Dios (Juan 1:11-13; 1 Juan 3:1). Después de esto, viene un proceso de santificación, cuando el hombre se aparta del pecado y se separa para Dios para adorarlo y servirlo. Esta purificación viene a través de la Palabra de Dios y la obra del Espíritu Santo en esa persona (1 Pedro 1:2, 15-16; 1 Corintios 6:11). Vea también las siguientes referencias bíblicas: Hebreos 12:14; 1 Tesalonicenses 5:23-24; 1 Juan 2:6